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 «Si alguien necesita leer el libro de otra persona para mejorar su vida…
eso no es ‘autoayuda’. ¡Es ayuda!»
-George Carlin

La autoayuda, el «lifecoaching» y otros movimientos de mejora actitudinal y espiritual, se han popularizado enormemente en el mundo moderno. Libros, audiolibros, programas de TV, videos, websites, conferencias, dinámicas, Zooms y otras interacciones, han atraído a personas que buscan mejorar su actitud, su conducta y su apreciación de sí mismos.

De modo que la autoayuda, el coaching y otras iniciativas pueden ser útiles para quienes no pueden enfrentar sus problemas solos. Valoramos mucho que haya gente preparada y dispuesta a ayudar al prójimo en momentos tan difíciles. Pero como ocurre con las modas, la autoayuda se ha llenado de improvisados, aventureros e «influencers» que venden aire.

Es decir, hay tal profusión de “lifecoaches” (en el terreno de la ayuda sin auto) que, sin quitar que hay unos muy buenos y originales, la amplia mayoría es indistinguible: hablan igual, usan los mismos conceptos en el mismo orden, se han vuelto “formuláticos”, predecibles y literalmente llenos de lugares comunes: mapas mentales, PNL, funciones cognitivas, mindfulness… conceptos poderosos y útiles que se han devaluado en manos de amateurs que hacen un curso de un día y se proclaman “coaches”. Esas son las dos caras de la autoayuda que Jesus y Fernando conversan este este episodio.

Jesus comenta sobre su autoayuda:

«Mi auto ayuda se basa en el optimismo que aprendí de mis padres. Mi estilo de gerenciar es el mismo que mi estilo de dirigir: hacer sentir a todos involucrados y valorados, que todos sepan que tienen una voz que se escucha y que se respeta. Me enfoco en crear un ambiente ligero y feliz ya que gente feliz crea mejores productos.

«Trato siempre de forzarme a mi mismo fuera de mi zona de comfort, y obligarme a ver las cosas desde otra perspectiva. También trato de recordar que buenas ideas pueden venir de cualquier lado y de cualquier persona, no importa su status o su rol. Pero  lo más difícil es conseguir el balance: estar abierto a ideas pero estar dispuesto a defender tu propuesta con ganas. Cuando he conseguido ese balance es cuando el éxito más me ha sonreído.»

Fernando deja su «autoayuda hecha en casa«:

«No soy cultor, ni seguidor de la autoayuda, pero practico una. Como dijo George Carlin: «Si alguien necesita el libro de otro para mejorar su vida, eso no es autoayuda ¡es ayuda!» El auto tan importante como la ayuda.

«Transformo la furia en acción. La depresión en acción. La frustración en opciones de reinvención. La dura realidad en suave fantasía. Los ideales en acciones imperfectas pero concretas. Cambio adentro para luego ver qué puedo cambiar afuera.

«Busco el contraste. Si estoy cansado, descanso. Si me tranco en un problema intelectual, pongo en TV el programa más banal. Cuando estoy demasiado emocional, pienso. Cuando demasiado intelectual, siento. Cuando no tengo qué decir, digo algo.

«Opino cuando no tengo hechos. Las lecturas e interpretaciones pueden tener decenas de versiones. Solo en el mundo estrictamente factual se puede «tener razón». De resto, en el reino de la opinión, todos tenemos razón o todos estamos equivocados (oh, perdón, eso es extremismo, pero expresa el punto).»

Y agrega de sus Rendijas:

* A mí la palabra “quizá” me da seguridad.
* Mi ego se cree más que yo.
* Hay tanta verdad en lo que no creemos.
* Después de un punto final viene una hilera de palabras invisibles.

 

(Nota al pie: Durante la grabación del podcast Riley, el perro de Fernando, lanza algunos ladridos opináticos a lo lejos laughing )

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Imagen: Cdd20, de Pixabay.

George Carlin habla de autoayuda
(en inglés).

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