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«El caos siempre derrota al orden porque está mejor organizado.»
-Terry Pratchett

Se puede demorar pero no frenar. Todo envejece, se llena de moho o se descompone. No hay excepción. Con el tiempo y dejado a su suerte, cualquier objeto se vuelve polvo de forma irreversible. La entropía es la Ley universal del caos.

Dice en esencia que toda energía del universo tiende a desagregarse, a disiparse, a separar sus componentes. El cosmos, es pues, una danza permanente que se compone temporalmente y va disipándose. Afecta todo lo que conocemos: espacio-tiempo, galaxias, agujeros negros, estrellas, planetas, átomos… y la vida en la Tierra, por supuesto.

Hay leyes de la física que establecen el carácter «entrópico» de la energía, todo es energía que se acumula temporalmente pero se disipa. Por eso las plantas se marchitan, la piel envejece, las paredes se carcomen, un animal muerto se desintegra… esa es la naturaleza.

Pero ¿cómo se aplica la entropía al orden, ya no natural, sino social? ¿Qué pasa  con la acción humana que produce orden pero también caos? ¿Qué equilibrios puede haber y qué pasa cuando no los hay?

Hay ejemplos como un hotel, la destrucción de Venezuela o la «toma del Capitolio» en Washington.

Jesus y Fernando tienen un diálogo lleno de energía «neguentrópica». Ya escucharán qué significa eso.

La entropía se puede revertir… en el cine.

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