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De un país polarizado no se puede esperar otra cosa que politización excesiva de cualquier tópico político. Los Juegos Olímpicos, por naturaleza, tienen una gran carga ideológica entre los países que compiten, de hecho, muchos analistas creen que los deportes se desarrollaron en Grecia como una forma de mitigar las guerras o trasladarlas a terrenos más simbólicos.

Jesús y Fernando hablan de cómo esto se magnifica en Venezuela, un país polarizado, muy politizado que sí mira el deporte como otro terreno de la guerra ideológica por y contra el chavismo. Unos celebran a los deportistas chavistas y no a los opositores. Otros a los opositores y no a los chavistas. Otros rechazan a chavistas y opositores. Y finalmente unos pocos aplauden a unos y otros porque representan al país.

Cada quien en lo suyo, que en Venezuela y entre venezolanos, politizar se ha vuelto el nuevo deporte nacional.

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