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El diccionario dice que un monstruo es «un ser fantástico que produce terror». Pero, lo sabemos, es mucho más que eso. Los monstruos producen miedo, pero también inspiran asombro, maravilla, son metáforas, representaciones de lo más temido de nosotros mismos, de las deformaciones físicas, morales o espirituales de quienes van contra su propia naturaleza.

Jesús y Fernando hablan de sus miedos infantiles y no tan infantiles, de sus referencias, de Frankenstein y Drácula, del retrato de Dorian Grey, de los espectros, zombis, seres invisibles, dragones, gigantes, troles… la lista es tan larga como la cola de un dragón. Pero al final, son reflexiones y referencias a aspectos no tan monstruosos (¿o sí?) de la propia vida. 

Se sentirán identificados (o no podrán dormir esta noche).

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