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Fue una cachetada que resonó en todo el mundo. Will Smith, como dicen, le volteó la cara a Chris Rock por un desafortunado chiste acerca de la alopecia de su esposa Jada. Esos segundos de acción le dieron la vuelta al mundo y se hicieron virales. Súbitamente, desaparecieron del ciclo noticioso Ucrania, Rusia, el misil de prueba que lanzó Kim Jong-un, los chavistas en Venezuela, e incluso los Oscars mismos.

Es como que el mundo tiene un problema de atención, por el cual no puede ocuparse de dos cosas a la vez y, obviamente, internet y las redes sociales son el túnel y la cámara de resonancia perfecta para esos menesteres.

Jesús y Fernando tenían pensado hablar de estas disfuncionalidades de la conversación pública, pero el evento de los Oscars les proporcionó el escenario perfecto. Es decir, un caos (virtuoso en algunos casos) de conversaciones cruzadas, memes, peleas a cuchillo, toneladas de desinformación, Dunning-Kruger y en buena parte, si no en todos, una actitud de centro del mundo cuando somos meros átomos en una mezcla caótica.

Y lo anterior no significa que este caos no les guste a los conversadores de del305al310,  de hecho les encanta y son tecno-adictos, pero sin duda les preocupa cómo el desorden de la redes, en vez de una caricia, termina dándonos una sonora cachetada.

(Por si acaso usted está en el 0,0001% que no lo vio)

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